alguien dijo alguna vez:

“Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que paz puede haber en el silencio. Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas, sin rendirte. Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia.”

Anónimo, 1.693.

domingo, 12 de febrero de 2012

Soñadores vocacionales

Podríamos estar de acuerdo que todos necesitamos tener sueños, contar con ilusiones para andar por la vida. Nos referimos a sueños vinculados al soñar despiertos, que no a los sueños surgidos del acto de dormir como resultado del descanso de nuestro cuerpo y nuestra mente.
En muchas ocasiones cuando nos dicen: “tú estás soñando”, es como una crítica a tener sueños; cuando los sueños, en definitiva, cambian la vida de las personas.
A veces es difícil distinguir los sueños de la realidad, aunque lo importante es convertir nuestros sueños en realidad. Vivir y soñar van de la mano: soñar es la teoría, mientras que la práctica es vivir. Vivir los propios sueños, que no los de los demás. Podemos soñar en singular, y también existen sueños compartidos. Deberíamos soñar más en plural.
Con nuestros sueños construimos un mundo ideal. Mucha realidad ha sido antes pensamiento y un sueño en nuestra mente. Sin capacidad de soñar, no existe espacio para construir nada.
No basta con soñar despiertos. Podemos caer en el error de vivir en un continuo sueño. Sin despertar a la realidad. Además, para realizar nuestros sueños, hay que estar muy despiertos.
Pero también está el error contrario: cuando se acaban los sueños. Muchos opinan: “¿para qué soñar si soy feliz con mi realidad?”. Que alguien no sueñe, no significa que los sueños no puedan existir. También puede ser una forma de renunciar a los propios sueños, negando su existencia. Es imposible que exista alguien que no haya soñado alguna vez.
Soñar es gratis. La capacidad de soñar no distingue entre ricos y pobres, ni entre niños y adultos, ni entre hombres ni mujeres. Los sueños son libres, nos envían señales. No podemos negar nuestros sueños. Soñar es optimismo, tener pesadillas es todo lo contrario. Las personas exitosas son seres soñadores
Para soñar, primero hay que creer en los sueños. Después saber soñar, y si no se aprende. Solo así lograremos ser soñadores vocacionales.
(puedes leer este artículo también en: www.sercompetentes.com )