alguien dijo alguna vez:

“Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que paz puede haber en el silencio. Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas, sin rendirte. Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia.”

Anónimo, 1.693.

lunes, 8 de agosto de 2011

En tiempo de crisis

En tiempo de crisis, es tiempo de cambios. Algunos opinamos que es tiempo de oportunidades, de “nuevas” oportunidades; que no de las posibilidades que podrías estar esperando o soñando.
La crisis significa cambio, situación de cambio que no puede traer continuidad porque ya, casi todo no volverá a ser igual. La crisis puede conllevar modificaciones que nos harán evolucionar hacia algo diferente. Y finalmente la crisis puede provocar con cambio brutal cuyos resultados sean revolucionarios.
Lo habitual de una crisis, es que las cosas no vuelvan a ser como antes, y el resultado dependerá en gran parte de nuestra actitud frente a la crisis. Podemos cometer el error de resistirnos al cambio, o al contrario, buscar e intentar aprovechar esas nuevas oportunidades, imbuyéndonos en una especie de revolución silenciosa interior de la que surgirá nuestra regeneración. Nosotros tampoco seremos los mismos después de la crisis, optemos por una y otra opción.
Otra de las claves, es que si nos resistimos al cambio, normalmente heredaremos “sus” oportunidades; mientras que si practicamos la aceptación de la nueva situación y sondeamos “nuestras” nuevas oportunidades llegará la regeneración.
Vivimos momentos decisivos, con consecuencias importantes. No podemos obviar que la situación es difícil y muy complicada. Estamos ante un cambio de nuestra realidad organizada. Esta vez, posiblemente no nos quedemos en un pequeño cambio que signifique una cierta evolución. El cambio será profundo, y porque no decirlo, revolucionario (desde el punto de vista de los resultados).
Aunque a estas alturas del debate, se ha dicho y especulado casi todo sobre la actual crisis, nuestra opinión es que el origen de toda esta crisis se sustancia en la crisis de valores que sufre desde hace mucho tiempo nuestra sociedad “moderna” contemporánea.
Todo parte de la carencia de valores o de valores equivocados. Desde todos los ámbitos, nuestro modelo de sociedad está en crisis. No estamos ni siquiera preparados para la circunstancia más clara e indiscutible: el cambio es continuo, lo único que permanece constante es el cambio.
La primera regeneración debería ir encaminada a como afrontamos las posibles crisis o en cambio en sí. Siempre empezamos con los reproches con la búsqueda de culpables, para después pasar a la fase de autoinculpación, hasta llegar a la aceptación de la nueva circunstancia, para pasar finalmente a la acción para el cambio. ¿Por qué no aprendemos aceptar para saber actuar?
La crisis actual tiene una cara de la moneda que depende de las personas y solo de las personas. Existe una Red de Apoyo Social Anónima que empieza primero por los familiares, les siguen las amistades y termina por la solidaridad de absolutos desconocidos en algunos casos extremos.
Nadie dice que es, o será fácil. Es como el número del trapecista en el circo. Contamos con la red, agarrémonos fuertemente a nuestros valores y no queda otra opción que viajar por el aire hacia el otro lado.
( este artículo también en: www.sercompetentes.com )