alguien dijo alguna vez:

“Anda plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que paz puede haber en el silencio. Vive en buenos términos con todas las personas, todo lo que puedas, sin rendirte. Di tu verdad tranquila y claramente; escucha a los demás, incluso al aburrido y al ignorante; ellos también tienen su historia.”

Anónimo, 1.693.

jueves, 23 de septiembre de 2010

El líder, se lidera

Sería muy extraño, o al menos atípico, encontrarnos un verdadero líder que no tuviera la capacidad de liderarse a si mismo. No conozco ningún buen líder que sea considerado como tal, y que después no tenga éxito en la mayoría de facetas de su vida. No significa que la vida de los líderes, a parte de cuando ejercen su liderazgo, sea perfecta; y no quita que algunas cosas no vayan del todo bien.
La historia nos ilustra ejemplos de grandes líderes sociales con vidas personales o privadas muy tormentosas. También, existe cierta leyenda urbana en la que se da por sentado que el liderazgo con un triunfo público, llega consigo irremediablemente el peaje de una vida privada o familiar nada recomendable. Si esto es del todo cierto, para ellos el éxito y su “liderazgo carismático”.
El verdadero líder demuestra su pericia, sabiendo liderar su propia vida. Entiendo que si uno de es capaz de dirigir y organizar su propia vida no está plenamente capacitado para dirigir, organizar y, por tanto, liderar a nadie.
El primer paso hacia el liderazgo interpersonal, es el liderazgo personal. Las personas que proyectan su vida hacia un liderazgo, ya sea social, político, profesional…, dejando a un lado su proyecto vital; estarán, tarde o temprano, abocados a una vida fracasada.
Además, creo que este es uno de los grandes males de la actual sociedad moderna. Nuestra sociedad está llena de muchas personas sin más proyecto vital personal que el poder disfrazado de liderazgo. El fracaso personal nos lleva al líder fracaso, y los líderes fracasados dirigen un modelo de sociedad fracasado.
Mejores personas, mejores líderes, nuevos liderazgos, una nueva sociedad. Nuestro reto estará en conseguir proyectos vitales que acompañen al líder al éxito público, en el que nuestros líderes hagan un uso del poder como un medio, nunca como un fin.